Estas dos ciudades gemelas, separadas por el río Duero y conectadas por varios puentes, entre ellos el famoso Luis I, son el principal referente turístico del norte del país.

Una de las buenas opciones para llegar es por el Valle del Duero; Después de disfrutar de la región vitivinícola más famosa del mundo, a las afueras de Vila Nova de Gaia, encontrarás una de sus reliquias:

La Capela do Senhor da Pedra, cuyo aspecto es muy valorado al atardecer.
Construido sobre una roca en 1686, se cree que tiene su origen en un antiguo culto pagano, de carácter naturalista, procedente de pueblos precristianos, cuyas deidades eran veneradas en plena naturaleza, habiéndose convertido posteriormente al cristianismo.

El río Duero recorre 897 km desde la Sierra de Urbión en España hasta su desembocadura en estas ciudades gemelas, y sus últimos 213 km navegables tienen un valor inestimable para la agricultura y el turismo portugueses.

La ciudad de Oporto, con alrededor de 240 mil habitantes, es famosa por sus licores y vinos generosos, con el agregado de aguardiente de vino, lo que le confiere características únicas y exclusivas.

El origen de esta ciudad se remonta al año 200 a.C. cuando se llamó Portus Cale y luego Condado Portucalense, a partir del cual se formó Portugal.

Ribeira es uno de sus lugares más antiguos y típicos y atrae a muchos turistas con sus coloridas casas, bares, restaurantes y ambiente festivo.

Vila Nova de Gaia, con más de 300 mil habitantes, también es muy agradable y se caracteriza, principalmente, por las Bodegas (donde envejecen los Vinos de Oporto) con sus programas de degustación y por el Monasterio de Santo Agostinho da Serra do Pilar, uno de los los edificios más notables de la arquitectura clásica europea y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, cuya construcción comenzó en 1538 y continuó durante siglos.

Finalmente, la postal de las dos ciudades:
El Puente Luis I, de 1888, diseñado por el belga Théophile Seyrig, colaborador de Gustave Eiffel, de ahí su parecido con la famosa torre francesa.
Se trata de un puente de hierro con un arco de 172 m y una flecha de 45 m, proporcionando una longitud de 385 m y dos pisos, el superior exclusivo para metro desde 2005 y el inferior para automóviles.
Este hermoso puente reina en el paisaje y es muy fotogénico, especialmente de noche, cuando está todo iluminado.